Seguidamente, los funcionarios solicitaron la asistencia del can antinarcóticos “Bracco”, quien marcó la existencia de estupefaciente. Al desarmar la máquina, los gendarmes detectaron que los cables se encontraban cortados y que el mismo presentaba un habitáculo donde se acondicionaban 20 paquetes rectangulares envueltos en cinta de embalar, que contenía una sustancia blanca.